viernes, 26 de diciembre de 2014

La esposa del Coronel

En cocktail elegante, en la casa del Coronel Luis Montalvo, una noche de diciembre, nos reciben a mi esposa y a mí, casualmente, claro, anfitriones y otros invitados a dos filas. La reunión era en honor del coronel Contreras, también de caballería como el coronel Montalvo, padrino de César Rincón, quien toreaba en Quito en esos días. Una señora joven disfrazada entre la torera y alguna gringa de los años veinte, con lentes enormes, cintillo, collar exagerado y falda ancha, me es presentada formalmente. Beso su mano y exclamo:
--A sus órganos.
¿Carajo, se me salió! Menos mal que los coroneles no oyeron, pues ésta era la esposa del invitado de Colombia. Creo que me habrían fusilado. Hubo risas el resto de la noche. El Pablín, hijo de mi coronel Montalvo, me dijo recién que esa señora no era la esposa del coronel Contreras, sino su hija.

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