sábado, 27 de diciembre de 2014

No hables del ausente

A principios de los noventa me encontré, en el restaurante Mesón de la Pradera, con el dirigente deportivo y ex banquero, Rodrigo Espinoza Bermeo, con quien había yo colaborado en la organización de un torneo internacional de fútbol Sub 17. Él estaba acompañado de alguien más a quien no identifiqué. La breve charla, de pie, consistió en mi queja amarga por la pésima dirigencia del futbol ecuatoriano que hacía Galo Roggiero, quien era muy amigo de Rodrigo, a despecho mío. No dejé hablar a nadie, mucho menos al acompañante desconocido, que al final descubrí que era el propio Roggiero.

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